Participantes: Antonio Muñoz, Paco,
Manuel, María Victoria, Jesús
Distancia recorrida: 21,5 km
Desnivel acumulado: 1560 m
Teníamos ganas de subir a Siete Lagunas y
aunque no era el recorrido previsto en principio, cuando se propuso concitó el
interés de todos. Lástima que Antonio Usieto no pudiera acompañarnos y Pepe no
se decidiera.
Comenzamos en la plaza de abajo de
Trevélez, echamos por la calle Real arriba, llegamos a la plaza de la Iglesia,
seguimos por la calle Cuesta, como si la anterior hubiese sido llana, y salimos
por la parte alta del pueblo. La calle se transforma en un excelente camino
empedrado que muta en senda poco más arriba. Estamos en las huertas encima del
pueblo con parcelas aún cultivadas de habichuelas y tomates, con nogales,
manzanos, moreras, saúcos y castaños diseminados por las parcelas y por los
ribazos. Cruzamos la Acequia Nueva, pasamos junto a la potente fuente del Berro
y cruzamos los barrancos Porras y Madrid, con su chorro de agua y su bosquecillo
de ribera. El frescor del agua de las acequias nos acompaña.
El río Trevélez va quedando cada vez más
bajo y lo mismo le ocurre al pueblo cuando se deja ver. A la derecha toda la
ladera izquierda del Trevélez presidida por la peña de los Papos. El Peñabón
que tan imponente se veía desde nuestro punto de partida, es ahora una pequeña
excrecencia en la ladera por debajo de la peña de los Papos.
Pasamos por las cortijos de Peña Redonda
y poco más adelante la senda pasa junto a la Peña donde se ha puesto un
cartelón explicando la vista: el blanco Trevélez abajo a la derecha, la peña de
los Papos en frente, el río abajo enfrente y los verdes prados de Peña Redonda a
nuestros pies. No son los único prados verdes. Al norte están los de Prado
Grande regados todos por la acequia de los Posteros. La senda llega al pie de
la acequia yendo paralela a ella. Cuando cruzamos la acequia el paisaje cambia
entrando en la loma seca alegrada sólo por algunos rosales y agracejos. Ascendemos
en dirección norte hacia la loma de los Posteros y encima de ella están las
ruinas del cortijo de las Campiñuelas y un refugio de montaña que está
terminando de construirse.
En las Campiñuelas de nuevo el paisaje
cambia porque en la loma del Peñón Negro, la que tenemos al oeste, aparecen manantialillos
y los consiguientes borreguiles. Además, al noroeste, caen un par de cascadas,
las Chorreras Negras, que forman el río Culo Perro cuyo valle lo tenemos ya ahí
cerquita. Las Chorreras Negras es el desagüe de Siete Lagunas, nuestro
objetivo. Atravesamos un par de borreguiles, una cañada con un buen chorro de
agua y llegamos a un lomo en la zona del Partidor. Inexcusable parar para
contemplar el panorama. Abajo, ahí cerca, el río Culo Perro con su gran caudal
a pesar de su despectivo nombre, enfrente a la izquierda los verticales tajos del
Peñón Negro terminan en un idílico vallecito glacial, el verde Prado de las
Vacas, y a la derecha las dos cascadas de las Chorreras Negras vertiendo ese
inmenso caudal continuamente. Cautivador y asombroso panorama.
Cruzamos a la margen izquierda del Culo
Perro y dejamos el mullido verdor de sus orillas por el pedregal de una loma
que nos acerca a la base de las Chorreras. Verlas caer desde el lugar donde
juntan sus aguas impresiona. ¿Quien se resiste a estar un rato contemplándolas
rodeado del estruendo del agua? La senda asciende entre las dos cascadas pero
cerquita de la de la izquierda. Llegados a la parte superior de la cascada nos
aguarda otra sorpresa, el valle de Siete Lagunas con la Laguna Hondera ahí
mismo. Es un tremendo valle glacial delimitado por dos acantilados, el de la
izquierda cayendo desde el Mulhacén y el de la derecha de los Tajos Colorados. Acabamos
de dejar la impetuosa cascada de la izquierda despeñándose y aparece ante
nosotros la Laguna Hondera con su agua limpia, llana, como un espejo. ¡Qué
contraste! Parece mentira que esa agua tan calma, tan inmóvil se convierta de
pronto en ese imparable torrente y que esa dulce lagunilla de lugar a ese
enorme chorro de agua sin inmutarse, sin un movimiento. ¡Qué maravilla!
Toca ahora andurrear por el valle. Hacia
los Tajos Colorados esté la lagunilla de la cual partirá más abajo la cascada
de la derecha. Sobre ella la laguna de los Tajos Colorados y encima una
lagunilla más y la Laguna Altera, un poco más grande, ya al pie del collado de
Siete Lagunas que cierra el valle. Descendiendo por el pie de los tajos que
caen del Mulhacén hay otro par de lagunitas, la mayor llamada del Borreguil
porque está debajo de la cañada del Borreguil. Además de las lagunas están los
mullidos borreguiles alternándose con los pedregales de las morrenas, los
innumerables arroyuelos formando meandros en los borreguiles o cayendo
presurosos entre las rocas, los manantialillos naciendo debajo de los peñascos,
las plantitas de la alta montaña
ofreciendo sus múltiples colores del blanco al azul oscuro pasando por el
amarillo y el rosa…El paraíso estaría incompleto si no
tuviese un valle como el de Siete Lagunas.
INICIO DE LA RUTA EN TREVÉLEZ
POR LA ACEQUIA NUEVA
REFUGIO DE LA CAMPIÑUELA
RÍO CULO DE PERRO
CASCADA DE LAS CHORRERAS NEGRAS
BUSCANDO LAS SIETE LAGUNAS
LAGUNA DE LOS TAJOS COLORADOS
LOS VINOS Y LA LAGUNA DE LA CAÑADA DE LOS BORREGUILES
JESÚS TOMANDO LA TEMPERATURA DEL AGUA 2 ºC.
COMIENDO A LA CARTA EN EL RESTAURANTE "LAS LAGUNAS" DE 7 TENEDORES
LAGUNA HONDERA
BAJANDO DE SIETE LAGUNAS
BOQUETE POR DONDE SE DESPEÑA EL RÍO CULO DE PERRO
FIN EN TREVÉLEZ