martes, 9 de septiembre de 2025

13 de setiembre: Río Verde de Otívar

Participantes: 7
María José, Paco Z., Lola V., Luis, Jesús, Ricardo y Jerónimo
Distancia recorrida:
12,6 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
820 metros
Altura mínima: 575 m (Barranco de las Chorreras - Poza Central)
Altura máxima: 1085 m ( Aparcamiento Carretera de la Cabra )
Tipo de recorrido:
Lineal, de ida y vuelta
Tipo de camino:
Carriles y veredas.

Bienvenida, María José, que te vemos poco por el monte.

Desayuno en la gasolinera de Nerja. No nos gusta, pero es muy cómoda. Después supimos que en el bar-restaurante El Capricho de Otívar a partir de las 8 de la mañana tiene pan y la cocina abierta para desayunar.

Partimos del aparcamiento al lado del collado de los Chortales, al menos a las 10. Nos habíamos tomado con tranquilidad el desayuno y la preparación para comenzar la caminata. Seguimos el conocido sendero que baja desde el collado a la cascada de los Árboles Petrificados, aprovechando la sombrita de los pinos y del cerro Martos, con vistas a la hondonada del barranco de los Chortales y a los característicos pináculos de la dolomía de los Poyos del Pescado. Erosión ruiniforme le llaman y en verdad que simula una estructura que estuviese derrumbándose.

Claro, a la sombra y con la senda descendiendo marchábamos estupendamente, con animadas conversaciones, entre el matorral de romero sequizo y de aulaga pinchosa. Según baja la senda cambia de orientación oeste a sur. Dejamos los Poyos del Pescado que cambiamos por el cerro Lopera y, más cercano, al otro lado del barranco, el cerro Pescaderos, mientras el barranco entra en su estrechísima garganta final.

El descenso final a los Árboles Petrificados es empinadísimo. Hay que hacerlo despacio para evitar resbalones en las piedrecillas que cubren la senda y aprovechar barandillas y cuerdas que facilitan el descenso. Finalmente llegamos a la altura de la cascada, con una visita rápida a la cueva encima de la cascada para saludar a la Pinguicula vallisneriifolia, colgada en la pared de entrada a la cueva.

La cascada estaba concurrida y caía tan apenas un hilillo de agua, no había mucho que hacer allí, por eso partimos enseguida tomando el sendero al oeste, por la base de los tajos, en vez de salir al carril principal. Este sendero es bonito, con buenas vistas, que compensan la aridez del más corto carril principal, pero está poco usado y la maleza lo va invadiendo a trechos.

En la fuente de las Cabrerizas nos reunimos y disfrutamos el hilillo de agua fresca que vertía porque la mañana era cálida, sin una brisita que aliviase el calor. Al lado de la fuente había una buena sombra que aprovechamos para hacer el Ángelus.

Continuamos por la orilla izquierda del barranco de los Chortales que había recibido al del Pito y llevaba una buena corriente de agua remansada en algunas pozas de difícil acceso. Nos sorprendió la cascada de los Tres Saltos porque caía por la falda este del cerrillo, no por la sur como era habitual, y porque sólo caía un salto, no tres. No obstante, es un salto bonito, con varios tramos, cayendo por el curioso travertino.

Seguimos descendiendo por el empinado carrilillo de la margen izquierda del barranco de las Chorreras hasta la conjunción de los barrancos de las Chorreras y de los Madroñales, donde hay una llanurilla sombreada muy apropiada para descansar. Pensamos comer allí, pero mientras unos querían continuar la excursión al barranco del Lagarto, otros preferíamos quedarnos allí evitando la solanera y la cuesta del Lagarto. Decisión salomónica, Jerónimo, Ricardo y Paco continuaron hacia el Lagarto mientras los otros cuatro nos quedábamos en el entorno de la desembocadura del barranco de los Madroñales.

Este grupo nos introdujimos por el barranco de los Madroñales buscando una poza conocida de otras veces, pero subimos una sendita a la izquierda que nos llevó a un rellano sombreado con vistas a dos pozas y una cascada del barranco. Un lugar idílico. María José se quedó allí a descansar y los otros tres bajamos a la poza. El agua estaba muy fría. Allí quedamos los tres de pie en la poza sin atrevernos a sumergirnos. Al cabo de un rato, cuando ya las piernas se habían acostumbrado al frío, nos dimos un buen remojón dejando allí todas las calorías que nos sobraban. Una poza excelente, exclusiva para nosotros.

Bajamos a la senda principal a esperar a los tres caminantes y cuando llegaron los llevamos al nuevo restaurante donde nos acomodamos a la sombra, con vistas a las dos pozas y la cascada que las une, con el rumor del agua cayendo. Comenzamos por los aperitivos con jamón, chorizo, boquerones en vinagre y langostinos. Vinieron después ensaladas de tomate, de rúcula y escalivada, y terminamos con albóndigas con tomate y lomo con ajos. Bueno, aún quedaban los quesos, tres tipos nada menos, a cual mejor, y con carne de membrillo. Té calentito y bizcocho de mango y algo más que no recuerdo. Para beber cervecita fresca al principio y dos botellitas de vino, una de la Manchuela y otra del Campo de Borja. Opíparo almuerzo.

Lo malo de esta excursión es que comenzamos bajando y la subida queda para el regreso después del almuerzo, con sol, calor, y el estómago lleno. Principiamos la empinada subida del carrilillo con la cabeza agachada, concentrados en la cuesta, bajo el sol que caía a plomo. La senda por el barranco de los Chortales, mucho más llana, nos alivió un poco, y luego el carril principal nos llevó a la cascada de los Árboles Petrificados. Un ratito de descanso, y con sombreros y toallas empapados, sobre la cabeza, fuimos a enfrentarnos con la durísima salida hacia las alturas del valle. Un tramo que necesita mucho esfuerzo y resignación bajo la solanera.

Después la senda, aunque continúa subiendo, lo hace más suavemente y los pinos y el talud de cerro Martos sombrean, a trechos, el camino. Aún así algunos necesitamos tres paraditas para beber y descansar.

Llegamos finalmente a los coches hartos de sudar y cansados. Siguiendo los consejos de Luis sobre que la cerveza es, después de la leche, la mejor bebida hidratante, paramos en el bar El Capricho de Otívar y en la terraza, a la sombra, agradablemente, despachamos algunos refrescos y cervezas hasta en jarras de medio litro.

Excursión muy bonita por las cascadas, las pozas, los barrancos constreñidos por enormes tajos a ambos lados, por el agua fresquita… pero inhumana por la subida bajo el solazo de la tarde.

Comenzamos a caminar entre las nueve de Casablanca y las diez de Madrid

Tras estos veranos de casi cinco meses el campo se muestra reseco

El Cerro Lopera a lo lejos

y justo al lado de la vereda esos castillos de dolomías descompuestas

Los tajos y canchales de los Poyos del Pescado

Panorámica de la Almijara granadina, con el Navachica, el Cerro Cabañeros, el Cerro Lopera y el más cercano Cerro Pescadores

Bajada decidida entre los tajos que dividen los barrancos de los Chortales y del Pito

Urginea maritima - Cebolla albarrana

La parte superior de la Cascada de los Árboles Petrificados, con un pequeño chorro de agua

Dianthus malacitanus - Clavellina

Barranco del Pito

con una buena poza bajo el carrilillo que lo va rodeando

De los Tres Saltos, este era el que llevaba agua

el del medio iba seco

y también el que se encuentra más al oeste del cerro, bajo la Pantaneta de Funes

Bajando hacia el Barranco de las Chorreras que se forma con la unión de los barrancos del Pito y de los Madroñales

justo en estas pozas que quedan al borde del camino y por las que hay que cruzar

para afrontar la enorme y soleada subida a las alturas que rodean el Cerro del Gitano

para coger con alegría p 'abajo el algo más umbrío Barranco del Lagarto

hasta llegar a la zona de pozas

junto a la Poza Central

Aguas transparentes y frías apropiadas para afrontar la vuelta

hasta donde tenían montado el restaurante, en una terraza elevada con vistas a esta poza en el final del Barranco de los Madroñales

Inicio del Bco. de las Chorreras. Este barranco en su unión con el Bco. del Nacimiento formarán el río Verde que irá poco a poco dejando sus aguas en huertas de nísperos y subtropicales.

Ya de vuelta, cruzando de nuevo el Bco. del Pito

Bajo los tajos que hay que subir -previa hidratación interior y exterior-

y por donde la vereda escala

y serpentea

hasta alcanzar las laderas altas y soleadas

del Cerro Martos

con sus formaciones pétreas

y sus pinos algo escasos que nos sombrean la última parte del camino

Mapa de la ruta

10 comentarios:

  1. Sintiéndolo mucho no podré acompañaros en esta ocasión. Nos vemos en la siguiente salida.

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  2. Llevo toda la semana resfriado, lo dejo para la próxima salida.

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  3. Cómo Luis, en principio tengo intención de ir.

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  4. Jesús se apunta. Llevaré coche por si alguien quiere venir. Desayuno en la gasolinera de Nerja sobre las 7,45; no nos guata mucho la gasolinera pero quizá sea el sitio más cómodo

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  5. Nos vemos en la gasolinera de Nerja. Maryjo

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    1. En la gasolinera nos vemos, sino para echarla al coche sí para el cuerpo.

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  6. Aunque si no nos gusta la gasolinera de Nerja para desayunar, podemos hacerlo en mi casa … ahí lo dejo. Maryjo

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  7. Aunque tarde, me apunto. Llamo. Ricardo

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