Distancia
recorrida: 12,5 km
Desnivel
acumulado: 720 m
El
verano dispersa a los caminantes de la Vinoteca. Véase la exigua participación
a pesar de programarse una excursión con mucha sombra y de mediodía para evitar
la calorina de la tarde. Bueno, pocos pero bien avenidos.
Partimos
poco más de las 8 de Las Cadenas, justo encima del Tiro Pichón de Jarapalo, por
la pista de la Mezquita, llaneando. En la primera cañada abandonamos la pista
para entrar hacia el valle del Arroyo de Fuente de Piedra. Este arroyo no lleva
agua, pero la debe tener cerca a juzgar por la feraz vegetación que sostiene.
Es como una selva, con las aristoloquias béticas y las zarzaparrillas colgadas
de los pinos a modo de lianas o cubriendo los arbustos de lentisco, cornicabra
y olivilla. Bajo la selva caminamos, sin machete, disfrutando de tanta
vegetación.
Las
casas de Fuente Piedra nos reciben con una alberca rebosante de agua y un par
de fuentes encadenadas con su chorrito de agua. Un poco más arriba un par de
estanques más, rebosantes de agua, entre la lujuriosa vegetación que los rodea.
El amigo Paco Corbacho ha hecho aquí un trabajo tremendo; nuestra gratitud por
ello.
De
las casas hacia arriba sigue el valle con la misma tónica de verdor por todas
partes, tanto que cuando más arriba se abre alguna ventanita entre el pinar
hacia el valle del Guadalhorce, se agradece la amplitud del panorama después de
haber llevado la vista constreñida por el bosque.
El
denso pinar comienza a alternar con encinas y alcornoques cuando se sobrepasa
el cortito arroyo de la Fuente de Piedra para pasar el valle del Arroyo Hondo.
Seguimos por bosque, ahora de encinas, contrastando con la pelada vertiente
izquierda del arroyo. Al frente, un denso pinar cubre la cresta de la sierra
por puerto Farero, nuestro objetivo.
La
senda pedregosa se transforma en un arenal playero anunciando la llegada al
puerto del Arenal donde entramos en el valle del Arroyo Hondo, en un tramo sin
bosque. Suerte que, como hemos madrugado, la misma ladera derecha nos da sombra
hasta llegar al cercano pinar de pino resinero en las inmediaciones de la
cresta. Es este un magnífico pinar donde no entra el sol, con algunos
ejemplares memorables y con sotobosque de brezo blanco.
Quien
trazo la senda no buscó muchas alternativas: para arriba por la pendiente sin
un triste zigzag para suavizar el desnivel. Menos mal que el tramo es corto.
En
la cresta iniciamos la subida al cercano cerro de la Medialuna por la Gran
Senda de Málaga. Poco antes de la cima hay unas vistas estupendas al valle del
Guadalhorce, a Fuengirola y, sobre todo, hacia el este de la sierra con
Jabalcuza, Carramolo, Castillejos y Moro como cimas destacadas.
En
el carrilillo al puerto de la Graja reinaba un silencio y una paz excepcional.
Cuando nadie hablaba ese silencio penetraba dentro pacificando el espíritu. Ese
fue el lugar elegido para tomar un descanso largo y un frugal Ángelus.
Nos
costó levantarnos para reemprender la marcha. En la pista de Jarapalo
disfrutamos de las panorámicas hacia los tajos de la Hiedra y las Grajas, ahí
en el cercano arroyo de la Mina, y al de los Hornos, más al oeste, en el Cañadón,
antes de entrar en el bosque que precede al estanque de Jarapalo.
El
estanque estaba a rebosar, con su borde sur orlado de ranas en el sol y sombra
de la mañana. Las ranas, tranquilas, sin acusar nuestra presencia, nos
permitieron fotografiarlas y allí seguían sin inmutarse. Y hubieran seguido si
Jerónimo no hubiera tenido la idea de espantarlas y echarlas de su reposadero
al estanque.
Acompañados
del murmullo del agua cayendo de bancal en bancal bajamos al antiguo cortijo,
hoy casa forestal, no sin antes saludar a un par de pinos carrrascos enormes,
sorprendentes.
Por
la puerta de la casa entramos en la antigua vereda del cortijo de Jarapalo para
bajar al puerto del Madroño. Continuamos por el carril que baja a los Llanos de
la Plata un trecho, hasta el arranque de la senda que debió ser el acceso al
cortijo de Jarapalo. Esa senda rodea el cerro del Madroño para salir al arroyo
de la Higuera y paralelo a él, descender a la pista de la Mezquita.
Aún
hemos hecho una exploración dejando la pista de la Mezquita y tomando la que
baja a la carretera por el arroyo de la Fuente de la Higuera. De ella sale un
carrilillo a la derecha que cruza el Arroyo Hondo a la altura de la cueva de
Arroyo Hondo y sube por una cañadilla de nuevo a la pista de la Mezquita. La cueva
ha tenido el uso habitual: corral de cabras y refugio de cabreros.
Teníamos
intención de refrescarnos con una cervecita, pero se ha hecho tarde y todos
hemos salido hacia casa sin más. Una ruta muy bonita, sombreada, con agua y con
no mucho desnivel. Se puede hacer en verano sin problemas, especialmente en un
día de levante como hoy.
Por la feraz vegetación del arroyo de la Fuente de Piedra
Balsa cerca de las casas de la Fuente de Piedra
En la senda por encima de la fuente
Entrando en el encinar
El Valle del Guadalhorce desde la loma
Pino añoso
En el pinar cerca de la cresta
Junto a un hermoso ejemplar de pino resinero
Por la trocha hacia el Cerro de la Medialuna
Sinfonía de montañas desde la Medialuna hacia el este
Desde la Medialuna hacia Fuengirola
Bajando hacia el Pto. de la Medialuna
Ranas en el estanque del cortijo de Jarapalo
Estanque
Espantando las ranas
Casa forestal de Jarapalo
Cueva del Barranco Hondo
Por la senda bajo la casa forestal
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