viernes, 19 de junio de 2020

MIERCOLES 17 DE JUNIO: ALHAURÍN EL GRANDE, PICOS MÍJAS Y MÁLAGA

Alhaurín el Grande-Fuente Acebuche-Pico Mijas. 17-6-2020.
Participantes: Nori, Luis, Jerónimo, Ana, Enrique, Lola, Lucía, Manuel de Nerja, Paco Hernando, Luci, Manu, Miguel Ángel, Antonio de Fornes, Antonio Usieto, Ricardo, Miguel G., Jesús
Distancia recorrida: 16 km
Desnivel acumulado: 950 m

Primera excursión multitudinaria. Aunque era miércoles, día de los jubilados, la pandemia de la Covid-19 ha dejado en casa a gente que habitualmente trabaja y se han unido a los jubilados.
Habíamos quedado a las 9 en el comienzo del camino forestal de la urbanización de las Chícaras. Poco después de esa hora comenzábamos la caminata por la pista forestal, hacia el sur, bajo los pinos carrascos, por la zona de los Peñascales, con charlas en grupitos debidamente separados.
Había habido terral el día anterior, pero la mañana estaba agradable para caminar, más a la sombra del pinar.
Al dejar la pista en la senda de la Fuente del Acebuche nos reagrupamos y junto a la fuente hicimos la primera paradita. La fuente echaba un magnífico chorro de agua fresca.
De la fuente a la casa forestal y de la casa forestal a la senda ascendente hacia la sierra, por el corral de las Yeguas, en la crestita que separa las cañadas de las Palomas al este y del Infierno al oeste. Esta senda estuvo empedrada y aún lo está en algunos tramos, prueba de su importancia, se conserva muy bien y la sombras de los pinos, de la Gorreta de la Mona y la loma Regalito contribuían a hacer agradable la caminata.
En todo este tramo se lleva al frente-derecha el cerro de las Cruces de Mendoza, cubierto por el verde de los pinos. Atravesamos el Puesto de Miguel Gómez, donde la senda del Pecho de los Condenados cruza la nuestra hacia Regalito, y proseguimos por la vertiente derecha de la cañada del Infierno entre pinos y encinas, con abundante vegetación aún verde, hacia el puerto de la Encina.
En el puerto nueva reagrupación y sin solución de continuidad entramos en la arenosa senda ascendente hacia el Llanillo de los Conejos por la cañada del Puerto de la Encina. Las calizas sacaroideas están muy descompuestas en este tramo, dejando un arenal por el que hay que caminar despacio so pena de resbalar y retroceder el paso dado. Hoy la senda estaba colonizada por duendes (Nemoptera bipennis) revoloteando sobre las flores de las Crambe.
La senda da un par de zigzags hasta orientarse al oeste, hacia el pico del Grajo, y por el sur del pico entra en el Llanillo de los Conejos al pie del Pico Mijas.
En el Pico hicimos la paradita del Ángelus y unas fotos de grupo junto al vértice geodésico.
Nuestro siguiente objetivo era el Pico Málaga. Bajamos del Mijas y tomamos la cresta de la sierra, hacia el este. Por estos parajes nunca hubo senda. Ahora se va haciendo cada vez más prominente por el paso de los caminantes, entre los renuevos de las encinas, con algunos hitos de vez en cuando. Se baja al puerto del Chaparral, se sube al cerro homónimo, y desde él ya se desciende al Puerto de Málaga. En este trozo el piso es malo, pedregoso, y con la maleza de los rebrotes de encina.
Una vez en el Puerto no podíamos dejar de visitar el Cerro Málaga. Hacia él sale una sendita de montañero entre las encinas primero, volcando después a la ladera sur, ya sin protección del encinar. Bajo la solanera de la 1 de la tarde remontamos la ladera del cerro. Menos mal que es bastante corta. Arriba el disfrute de las vistas, sobre todo al este, a los cerros Castillejo y del Moro, cuajadito de antenas.
Iniciamos el descenso hacia la pista con la idea de parar a comer antes de llegar a ella en el primer sitio que pudiéramos asentar la nutrida tropa de caminantes. Poco más abajo del Puerto, en un ensanche de la senda, sombreado, decidimos parar porque supusimos que allí vendría un poco más de brisa que más abajo.
El ritual de la comida comienza ahora con la desinfección de las manos, antes de empezar a sacar las viandas de las mochilas. En cada fiambrera se pone un cubierto de servir y cada uno se pone en su plato con esos cubiertos. Hubo gazpacho helado, deliciosas gambas cocidas, habas, judías verdes, ricos pimientos fritos, tortillas variadas, carnes… y más cosas que no recuerdo. Cuando ya estábamos casi hasta el corcho vinieron los quesos. A destacar un rico Camembert y uno de Zújar, no porque los otros fueran inferiores, sino por la novedad, y porque al cronista le gustan los quesos blanditos.
Luis fue el somelier. Abrió primero los vinos que venían fresquitos. Estaban deliciosos. Después no quedó más remedio que meterles mano a los calentorros. Una gran diferencia. Por eso se exhortó al personal a traerlos fresquitos, junto a una botella de agua helada. Terminamos con tés variados, torrijas excelentes y orujos variados.
Claro, con esta comidita más de uno pasó directamente de estar sentado a tumbarse para descabezar una siestecilla. Se les dio un poco de cuartelillo, pero había que seguir caminando.
La senda de descenso a la pista está también parcialmente empedrada, aunque las bicis la están rompiendo porque tratan de bajar directamente de curva a curva sin hacer el correspondiente zigzag. La pista al Puerto de la Encina se nos hizo larga bajo el sol de las 4 de la tarde, así que cogimos con gusto la sombrita de la senda por la vertiente izquierda del Cañadón.
Dejamos a la derecha el Tajo Atravesado que cierra en parte el Cañadón y la Cueva del Monje mientras descendíamos con buen piso hacia el Salto del Caballo. Poco antes de él la senda se desdibuja en mucha sendillas, ninguna buena.
Después del Salto ya hay perfecta vereda de repoblación, con el zigzag de la Nariz del Buey con los Tajos del Horno a la izquierda hasta la curva del Puerto de Comares. En él la senda toma dirección oeste, bajo un hermoso pinar, atraviesa la cañada de la Fuente de la Zarzita para llegar a la fuente del Acebuche.
En la fuente, refresco de pies, cabeza, brazos… además de beber abundantemente de esa fresca agua. ¡Cuánto daríamos por una fuente así en los recorridos veraniegos!
Y de la fuente a los coches. Se ve que el agua del Acebuche no había sido suficiente porque en la primera venta, en la Venta de la Recta, paramos a tomar unas cervezas y refrescos.
Día caluroso, menos de lo que preveíamos, que sobrellevamos gracias a la sombra de las sendas y a la brisa fresquita de la cresta.

LA RUTA

DESCANSO EN EL PUERTO DE LA ENCINA

Delphinium pentagynum

Ptilostemon hispanicus  - Cardo perruno

Insectos sobre una espiga


Linum tenue - Lino amarillo



Nemoptera bipennis


ÁNGELUS EN EL PICO MIJAS



Papilio machaon - Macaón

Sedum album
EL VÉRTICE GEODÉSICO DEL PICO MIJAS



EN EL CERRO MENDOZA


Halimium halimifolium



EN EL CERRO MÁLAGA




EL RESTAURANTE
LA SIESTA


Delphinium staphisagria


BAJANDO LA CADENA



Linum suffruticosum - Lino blanco


Lonicera implexa - Madreselva

Klasea flavescens

Centaurium erythraea - Hiel de la tierra


GUARDANDO COLA EN LA FUENTE DEL ACEBUCHE


LAS CERVECITAS PARA REPONER LÍQUIDOS






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