viernes, 13 de diciembre de 2024

14 de diciembre: Sª Nieves desde el Caucón

Participantes: 10
Paco Ponferrada, Jesús R., Germán, Rafa, Manuel D., Lucía, Jesús C., Paco Ruiz,  Ricardo y Jerónimo.

Distancia recorrida:
 12,6 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
785 metros
Altura mínima: (1.090 m – Cercanías Mirador del Caucón)
Altura máxima: (1.736 m – Base del Peñón de Enamorados)
Tipo de recorrido:
Circular.
Tipo de camino:
Veredas más o menos marcadas, senderillos de ovejas y algún tramo campo a través.

Probamos un nuevo sitio de desayuno en Yunquera, el Rincón de Vito, en el Paseo. No nos fue mal, estuvimos casi solos y Vito, una mujer de voz potente, nos atendió bien. No puedo decir nada del precio porque celebramos Santa Lucía y Lucía tuvo la amabilidad de invitarnos. ¡¡¡MUCHAS GRACIAS LUCÍA!!!

Había nevado ligeramente en la sierra de las Nieves los días anteriores. La propuesta de hoy era subir a pisarla, aunque nos imaginábamos que estaría bastante alta. La ruta pensada por Jerónimo era salir del Caucón, ir por debajo d ellos tajos de la Caína a cruzar por arriba el arroyo de las Carnicerías y acercarnos al Pilar de Tolox. Exigente, como casi todas las que propone.

Partimos del Caucón con una mañana fresca, sin viento, luminosa, con alguna nube alta. Pasamos por el hoyo de las Colmenas, por la crestita del Merendero, cruzamos el arroyo Zarzalones y emprendimos la cuesta a la Era de los Gamones. Al llegar a la Era a todos nos sobraba ropa, nos aligeramos y continuamos al ya cercano Tajo de la Caína donde siempre paramos un rato a contemplar esa tremenda hoya a nuestros pies que forma el arroyo de las Carnicerías.

Del mirador entramos por la sendita que aprovecha la repisa entre los tajos de arriba y de abajo, ambos formando el gran Tajo de la Caína. Al poco la comitiva se detuvo porque Rafa sufría de vértigo y no podía continuar por allí. La alternativa era que unos siguieran por los tajos y otros por la Cañada de la Perra, con la dificultad, no menor, de dónde reencontrarnos más tarde. Pensamos que la reunión sería por los llanos más arriba de la Cañada y con esa imprecisión partieron Ricardo y Rafa por la Cañada de la Perra y el resto por la novedosa ruta de los Tajos, la que seguimos describiendo.

La sendita sigue bien por la repisa de los Tajos de la Caína, pero cuando terminan en la parte baja de la Cañada de la Perra la senda se difumina quedando reducida a sendillas de ganado. Subimos por la cañada a remontar unos pedruscos y continuamos por debajo del comienzo de los Tajos del Chaparral con la misma tónica, sendillas imperceptibles, tajos enormes arriba y caída al abismo por abajo. Menos mal que Rafa no había proseguido porque donde dio la vuelta era una autopista comparada con la que llevábamos.

Por una grieta de los tajos los remontamos, proseguimos un trecho entre el matorral, ascendiendo, para luego por otra grieta volver a descender y proseguir por la base de los interminables Tajos del Chaparral.

De los Tajos del Chaparral se pasa sin solución de continuidad a los Tajos de Añiscle, con el mismo tipo de senda entre tajos y abismo. Los tajos, espectaculares, y también las vistas a la cañada de Fatalandar y al cerro de la Cueva del Oso al otro lado de la profunda cañada de las Carnicerías.

Más adelante se abría un valle a la derecha que rompía los tajos. Por el valle nos encaramamos entre las rocas, junto a un enorme peñón separado unos metros de los tajos, hasta alcanzar el lapiaz superior. El complicado piso del lapiaz nos parecía un camino de rosas después de lo pasado. Al final del lapiaz llegamos a la senda que sube desde la Cañada de la Perra. Por allí tenían que haber pasado Ricardo y Rafa, pero ¿dónde estarían? Jerónimo se comunicaba con ellos por teléfono y trataba de explicarles por donde ir, aunque ellos lo interpretaban a su manera. Subió Jerónimo a las crestas tratando de divisarlos, sin éxito.

La senda que llevábamos se dividía con un ramal hacia Enamorados y otro, el principal, a una hoya por donde baja una cañada desde Enamorados. El grupo bajamos por el camino principal a la hoya y poco más allá esperamos para reunirnos con la Rafa y Ricardo.

Apareció Ricardo por la cresta del norte encima de la hoya donde estábamos el resto y ya nos reunimos todo el grupo. Ellos dos habían continuado por la seda a Enamorados en vez de haber bajado a la hoya por la senda principal.

Era tarde, se nos había pasado la hora del Ángelus, por eso proseguimos pensando en hacer pronto la parada del almuerzo. Cruzamos al valle del arroyo de las Carnicerías, chapoteando en los restos de la nieve, y por el arroyo subimos a encontrar la senda Saucillo-Pilar de Tolox en el cruce de los Tres Quejigos.

Continuamos en dirección al Saucillo, remontando para salir del valle de las Carnicerías y nos acercamos a la base de Enamorados donde, al abrigo de unos matorrales y peñascos, en un carasol, encontramos nuestro restaurante de hoy. El día había empeorado con una brisilla fría y nubes que iban agarrándose a los picos. No obstante, teníamos más ratitos de sol que de nubes, y al amor de ese solcito comenzaron a pasar las chacinas, los langostinos, los boquerones en vinagre, las tortillas, la achicoria, la escalivada, las setas con gambas, los filetillos tiernos… y los quesos, ¡hasta 4 hubo! Para beber alguna cervecita fresca y vinos del Rin, del Bierzo y del Somontano. Terminamos con la rica tarta de queso, castañas y chocolate acompañada por té y orujos variados.

De Enamorados continuamos hacia el Saucillo por la senda en cuyos alrededores se han plantado numerosos quejigos algunos de los cuales ya van descollando. Pasamos por los Ventisqueros, chapoteando entre la nieve y el agua, le dimos la vuelta al cerro del Cuco por el puerto del Cuco para entrar en el pinsapar del norte del cerro donde el piso había mejorado, ya no chapoteábamos.

En los Llanos de la Casa tomamos la senda de Juañisclo Huelva hacia el Caucón. Algunos temíamos que estuviese resbaladiza por el barro, pero no, estaba bien. Ya había predicho Paco Ruiz que en esa pendiente el agua no se para y no habría barro. Y en la fuente de Juañisclo Huelva, Paco volvió a hacer de fontanero, la destapó y la dejamos con un buen chorro de agua. Esa fuente solo vierte agua después del paso de Paco o de algún otro esforzado caminante.

Un muy buen día, fresquito, disfrutando de unas vistas preciosas y poco usuales por el pie de los interminables tajos. 





























































12 comentarios:

  1. Me apunto. Con coche si fuera necesario.

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  2. Jesús Rodríguez y Paco Ponfe vamos.

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  3. Me apunto estaré en el antiguo aparcamiento del Día

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  4. Paco Ruíz sé apunta a pisar algo de nieve a ser posible.

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  5. Veo que de Torre venis 5. Yo llevo mi coche y vamos 3. No sé si merece la pena quedar en ruta y que pase 1 a mi coche. Yo recojo a Paco y Jesús a las 7

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  6. Yo también voy. Nos vemos en el Día.
    Lucía

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  7. Somos 6 en Torre, Germán lleva a Paco, Jesús y Ricardo. Lucía y yo vamos en mi coche

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