jueves, 24 de octubre de 2024

26 de octubre: Cerros Verde y Atalaya desde el Pto. del Collado - Cómpeta

Participantes: 13
Luis, Jerónimo, Tere, Paco Ponferrada, Jesús R., Pilar, Lucía, Germán, Lola, Paco Zambrana, Paco R., Ricardo y Jesús C.

Distancia recorrida:
 15,2 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
845 metros
Altura mínima: ( 890 m – Puerto del Collado)
Altura máxima: (1.327 m – Cerro Verde)
Tipo de recorrido:
Mayormente circular con algún tramo lineal de ida y vuelta
Tipo de camino:
Veredas y carriles.

Desayuno en el bar Ricky de Caleta de Vélez. Pitufos con aceite y tomate, alguno con jamón, a 3,5€. El pitufo integral duro al decir de algunos.

Empezamos el día con cambios. Primero en el desayuno. Se había puesto en el bar Manolo de Caleta. Ricardo avisó de que estaba cerrado y se trasladó el desayuno al bar Carlos, pero alguien volvió avisar de que era sábado, había mercadillo allí y que podría ser difícil aparcar, lo que nos llevó al bar Ricky.

Se había puesto en el blog la ruta Fábrica de la Luz de Canillas, Atalaya, Verde, puerto Blanquillo. Durante el desayuno se propuso y se aceptó cambiarla por la del puerto del Collado a puerto Blanquillo.

La primera parte del carril de la Mina desde el Portichuelo al puerto del Collado está francamente mal porque el agua lo ha arroyado. Hay que entrar por la circunvalación de Cómpeta y subir al carril de la Mina a la altura de la Cruz del Monte, como hicimos en el descenso por la tarde.

En el puerto del collado estábamos a 10ºC y con un viento horroroso. Este puerto siempre es muy ventoso. Preparamos las mochilas al abrigo de la caseta por protegernos del viento y arrancamos a caminar siguiendo el carril que sube al collado de Vuelta Grande, también llamado Cruz de Canillas, todos, excepto Ricardo que prefirió enfrentarse al viento y a la empinada pendiente siguiendo la cresta.

En el collado de Vuelta Grande seguía soplando el viento con intensidad hasta que la mole de cerro Gavilán nos protegió, pero más allá, en los collados Moyano y Cavila, otra vez nos azotó de lo lindo.

En el collado Cavila dejamos el carril para tomar la senda de la cresta hacia Tajo Atalaya y tuvimos la grata sorpresa de que estaba limpia, con buen piso, porque, supusimos, la habían limpiado para las carreras de montaña. La sendita va por el oeste de la cresta para evitar el tajo del Tío Ramón y nos llevó hasta el pie del roquedo del Tajo Atalaya.

Desde allí, unos cuantos trepamos a lo alto de la Atalaya. Hay que ir por la parte sur del roquedo, ascendiendo, hasta el extremo oeste y por el oeste del Tajo trepar a la cima. Llegados a la cima nos protegimos un poco del vendaval, estuvimos unos minutos y enseguida descendimos, muy despacio, sobre todo en la cresta, por las fuertes rachas de viento.

Reunido todo el grupo al pie de Tajo Atalaya continuamos en dirección a cerro Verde, bajando primero al collado Borriquero y subiendo después hacia el Verde. Este tramo ya estaba sin limpiar. Se ve que la carrera de montaña había bajado desde el collado a la fuente Borriquero.

Todo este trayecto por la cresta de la loma Charambuscas es muy bonito por las vistas tanto al oeste como al este. Además, había llovido el viernes y la tierra estaba húmeda y esponjosa, agradabilísima de caminar. La senda pasa cerca del vértice geodésico. La dejamos y nos acercamos a él y en los matorrales de alrededor hicimos el Ángelus con el viento decreciendo afortunadamente.

Del cerro Verde la senda baja con fuerza hacia el collado Solapón y luego continúa más o menos a nivel, con pequeñas subidas y bajadas, por la Solana del Puerto de Cómpeta, cruzando los barranquillos que caen de la cresta al barranco de los Pradillos. Todos los barranquillos se cruzan bien, excepto uno, flanqueado por tajos pétreos, con la huella de la senda muy estrecha. En este paso se ha colocado una cuerda que, aunque no necesaria, sirve para aliviar miedos y vértigos.

En puerto Blanquillo había un buldócer alrededor del cual nos reunimos un poco protegidos del viento. Tan apenas nos detuvimos, sino que enseguida descendimos al principio del barranco de los Pradillos donde volvimos a estar protegidos del viento. Pasamos por el pino de las Tres Ramas, donde se deriva la senda al collado de las Flores, por la venta Cándido para llegar al cortijo de los Pradillos donde nos asentamos para el almuerzo.

En la era, al sol, hicimos un buen rolde, y comenzaron a pasar los aperitivos junto con las cervezas y un rosado de Garnacha. Tuvimos boquerones, langostinos, pimientos asados, jamón, salchichón y chorizo. Continuamos con escalivada, tortillas variadas, caballa, y carnes de cerdo preparadas de distintas maneras. Quesos de Júrtiga y Mahón. Vinos de Ribera, Manchuela y Rioja. Tarta de batata y tés. A ver qué restaurante ofrece un menú largo y estrecho, como este, con una veintena de platos diferentes y en un entorno tan magnífico como el cortijo de los Pradillos.

Puestos en marcha nos recibió el magnífico pinar en torno al barranco del Agua. Pinos enormes, con el característico porte de copas anchas y ramas horizontales de los pinos resineros, con el verde claro brillante que pone el agua en las acículas. Una delicia pasear por ese pinar.

La senda continúa al suroeste, entre las lomas de Charambuscas a la derecha, arriba, y la de Lucas a la izquierda, abajo. Dejamos atrás la venta de María Dolores y en el collado de Vuelta Grande decidimos dejar el carril y bajar hacia la casa de la Mina por el sendero que zigzaguea por el calvero dejado por el último incendio.

De la casa de la Mina, carril hasta el puerto del Collado donde tuvimos la desagradable sorpresa de tener el coche de Zambrana sin batería. Se hicieron distintos intentos de ponerlo en marcha, todos sin éxito. Hubo que llamar al seguro para que nos mandaran ayuda. Cuando supusimos que la grúa estaba cerca quedaron allí Lola, Ricardo y Zambrana y el resto, ateridos de frío, bajamos en los otros dos coches. Al bajar, antes de llegar a la Cruz del Monte, ya subía la grúa para poner en marcha el vehículo.

Primer día de otoño, con temperatura alrededor de 10-12ºC, pero con viento en muchos sitios, especialmente en el puerto del Collado, el más inhóspito de toda la sierra. Volvimos todos con el frío metido en los huesos.

El Lucero entre pinos resineros

Por el carril hacia el Collado de Vuelta Grande por la zona quemada en el incendio de 2014

Mercurialis tomentosa

Divergencias 

Carrileando con el Lucero en el horizonte

Empezando la subida a la Atalaya

El grupo se alarga

En el Cerro Atalaya

Dos en la cumbre y la Maroma al fondo

Espera a la sombra de los tajos

El sendero rodea los tajos

y abandona la Atalaya camino del Cerro Verde

donde nos hacemos la foto de grupo

Proseguimos el camino

el busca del Pto. Blanquillo

que queda aún lejos y abajo

En esta zona de arenas y muy descompuesta

han puesto algunas cuerdas

Un repechillo con vista

y otro repecho 

hasta bajar al Pto. Blanquillo

y seguir bajando

hasta alcanzar la Venta Cándido

una calera bien conservada

y el Cortijo de los Pradillos

adonde van los vinos hoy

En la era, levantándonos de la comida y de una pequeña cabezadita

El lugar donde se ubica el Cortijo de los Pradillos

Un tramo del sendero entre pinos

Panorámica de las crestas de la Almijara

donde viejos pinos sobrevivientes muestran las cicatrices del tiempo

Junto a la Venta María Dolores

Vistas al Lucero y la Cresta de los Civiles

Bajando del Collado de Vuelta Grande

hacia la Casa de la Mina

Senecio malacitanus

El entorno de la Casa de la Mina con la ladera quemada del Cerro Gavilán

Llegando al hoy ventoso y frío Puerto del Collado

Mapa de la ruta

miércoles, 16 de octubre de 2024

19 de octubre: Juanar - Sierra Canucha

Participantes: 14
Luis, Jerónimo, Tere, Paco Ponferrada, Jesús R., Lily, Carlos, Germán, Lola, Paco Zambrana, Antonio Usieto, Paco R., Ricardo y Jesús C.

Distancia recorrida:
 13 kilómetros
Desnivel de subida acumulado:
974 metros
Altura mínima: ( 730 m – Casa Puzla)
Altura máxima: (1.238 m – Pico Castillejos)
Tipo de recorrido:
Circular
Tipo de camino:
Veredas más o menos marcadas y un pequeño tramo por carril.

Desayuno en la Cruz de Piedra de Coín. Buena atención, buenas rebanadas y buen lomo en manteca blanca y colorá. Un poco caro, a 5,5 € de media.

Bienvenido Paco Ruiz que hacía más de año y medio que no salía con el grupo. Nos alegramos de tenerte otra vez y ojalá no te tengas que retirar más por lesiones.

Dar la vuelta a la sierra Canucha no es un recorrido largo ni con mucho desnivel, sobre el papel sencillo, pero luego está el piso de las sendas, pedregoso, resbaladizo en muchos sitios, que obliga a ir mirando continuamente donde se ponen los pies, lo que termina haciendo una ruta exigente.

Partimos del Juanar, siguiendo la sendita nueva que sale de la carretera, cruza el arroyo del Juanar para ir después paralela a él por la margen izquierda, en una mañana con muchos más claros que nubecillas, con un poco de brisa, ideal para caminar. Además, había llovido esta semana, ¡por fin!, el piso estaba húmedo, y, parodiando a Lola, a través de esas antenas que son los pies sentíamos la vida que comenzaba a despertar de la tierra.

Por la senda de José Lima subíamos al puerto de la Ereilla, donde los cerros de la Laja y el Gurapalá, parecían acogernos como los brazos de una madre amorosa. Cruzamos la cañada de las Minillas para subir hacia la fuente del Pozuelo. No llegamos a ella, sino que nos desviamos al mirador de los Cuchillos, con una vista impresionante de esos tajos de la Canucha que unos llaman Cuchillos, por lo afilados, y otros Canchos de los Zapateros.

Desde el mirador se tiene una muy buena perspectiva de la continuación del recorrido siguiendo la cañada del Pozuelo hacia la caseta de Puzla que antes se distinguía muy bien por su blancura y ahora ha dejado de verse porque la blancura de la cal ha devenido en marrón con el tiempo.

Una vez superada la resbaladiza bajada del mirador a la cañada se camina por la margen izquierda de ella, con la enorme Canucha a la izquierda y el cerro del Pozuelo a la derecha, teniendo al frente los grandes pinos resineros de la caseta de Puzla y dejando a un lado y otro de la senda grandes enebros de la Miera podados como arbolitos.

En este tramo del recorrido se cruzan 3 cañadas que bajan de la Canucha, siendo la más importante la tercera, la de la Laja, que nace en el puerto de la Tejuela, debajo del prominente y escarpado pico de la Tejuela. Conforme nos acercamos a la caseta de Puzla los pinos cobran dimensión y su sombra atrae como lugar ideal para descansar un poco. Allí, con muy buen criterio, hicimos la paradita del Ángelus.

Iniciamos el empinadísimo repecho hacia el oeste, hacia el alto de la Canucha, por una sendita bastante limpia que, conforme se acerca a los tajos, se torna casi vertical y exige ayudarse de las manos para trepar en el roquedal. Una vez salvados los tajos gira la senda para colocarse encima de ellos en un estupendo mirador de los llanos de Puzla, las canteras y la sierra Alpujata un poco más allá.

En el puerto de Tajo Negro nos unimos a la senda que viene de Monda para rodear el alto de la Canucha y llegar a su cresta. El alto de la Canucha no es que sea la mayor altura ni mucho menos. Lo llaman así en Monda porque es el cerro que más se ve desde allí y oculta a las cumbres más altas al suroeste. El paseíto por la cresta de la Canucha es muy gratificante porque se marcha casi en llano, con buen piso, y se tienen a la izquierda los llanos de Puzla y la Alpujata mientras a la derecha están las sierras de las Nieves y Real y debajo la zona de Huerta Arroyo vertebrada por el arroyo del Rosal.

La senda entra en la ladera oeste de los Cuchillos, bastante baja, y va cruzando todas las cañadas que bajan de los Cuchillos: de Monda, de las Piedras, de Gonzalo Pérez y de los Pinsapos. Entre una cañada y otra, su correspondiente puertecillo: de la Tejuela, del Aulagarejo y de Gonzalo Pérez.

La senda se ha de recorrer despacio por las piedrecillas resbaladizas que la cubren, sobre todo en las bajadas, admirando los pinsapos que van llenando las cañadas de Gonzalo Pérez y los Pinsapos, antes de llegar al emblemático puerto de la Encina o de los Merenderos, entre los cerros del Madroño a la derecha y Castillejos o Merenderos a la izquierda.

La encina es fenomenal, de esos árboles emblemáticos a los que hay que rendir pleitesía. Y ¿qué mejor sitio para almorzar que bajo su copa? Bajo ella nos sentamos buscando la sombra y al final nos dispusimos como en estrella de tres puntas. Una de las peores disposiciones que recuerdo porque sólo veías la cara de los tres o cuatro que tenías cerca.

Comenzamos con langostinos, boquerones en vinagre, chorizo, salchichón, dos raciones de jamón y queso para continuar con habas, pisto, caballa, secreto, pollo, lomito… y alguna cosa más que no recuerdo porque para entonces el vinillo ya había nublado las entendederas. 5 tipos de queso, chocolate, almendras garrapiñadas y tarta. Vinos de Somontano, Argentina y Rioja. Después de este ágape aún hubo algunos que se levantaron y fueron a subir a los Castillejos. Otros, en vez de levantarnos, nos estiramos en el suelo dispuestos a descabezar un sueñecito, corto, por desgracia, porque enseguida bajaron los del cerro.

La comitiva se puso en marcha descendiendo desde el puerto de los Merenderos al del Pozuelo y luego, por la loma del Pozuelo, a través de su pinar y pinsapar, fuimos dejando a la derecha las cañadas de Pajarón, Altabacal y Calderón, para llegar a la hondonada del puerto de la Palma y allí enfilar al este subiendo al puerto de los Pulpitos, y bajar por el carril del Juanar al refugio custodiado por el cerro del Chopón.

Más de uno bajábamos con la intención de tomar un buen refresco en el refugio, pero estaba cerrado y nos quedamos con las ganas.

Terminamos cansados, pero contentos de haber tenido un hermoso día y haber disfrutado de preciosas vistas y de excelente compañía.

¿Dónde está el sol que preveían los pronósticos?

Momentos para parar y comentar

o caminar en silencio

Una luz especial ilumina Málaga y el Valle del Gaudalhorce

Por la Cañada de las Minillas

con las primeras vistas de la Canucha

murallón calizo de afiladas crestas

Parada en el Mirador de los Cuchillos

Smilax aspera - Zarzaparrilla

Bajada hacia la casa de Puzla, con sus destacados pinos resineros

De la casa, a la cresta de la Canucha

un inclinado sendero

de más piedra que camino

Los Cuchillos de Sª Canucha

Por el Pto. de Tajo Negro

donde en azul intenso del cielo

contrasta con los blancos jirones de deshilachadas nubes

Por el Alto de la Canucha

el sendero casi llano

se va dibujando en la piedra y el poco suelo que queda

Una parada para recrearse en las vistas 

Monda y el Valle del Guadalhorce quedan ahora atras

Por delante tenemos

una Canucha

de tendidas laderas

y profundas cañadas

Entre rocas

con algún arbolillo que otro

que dan cobijo al que descansa y saluda al que marcha

Por delante, el Torrecilla

Detrás van quedando Yunquera y las Sierras Prieta y Cabrilla

La vertical pirámide

que marca el inicio de los Cuchillos

Al norte, profundas cañadas y el Bosque de Albornoque

Van apareciendo pinsapos

que el camino rodea

cada vez más alto

cada vez más

Panorámica

de la Cañada de los Pinsapos

Mantis religiosa

¿Le gustará el vino? 

Con un par de trepadas y el depósito lleno

en cinco minutos andamos encaramados al Pico Castillejos

desde donde la sombra se proyecta hacia las afiladas rocas de los Cuchillos

Un poco de emoción en la bajada

para ver lo mismo pero distinto

Una parada

y un paso adelante

Bajando del Pto. de la Encina o de los Merenderos

hasta el Puerto del Pozuelo

y de ahí 

atravesando el pinsapar del Pozuelo

hasta el Puerto de los Púlpitos donde tanta señal nos confunde ¿ninguna que vaya al Refugio del Juanar?

Mapa de la ruta