18 y 19 de agosto: La costa montenegrina: Kotor y Budva
En el aeropuerto de Dubrovnik nos esperan Mirko (nuestro guía) y Stefan para llevarnos hacia Montenegro. En la frontera, (menos mal que era para salir de Montenegro y nosotros íbamos p'adentro). Stefan, curtido en estas lides del paso transfronterizo, nos lo gestiona en unos minutos y cruzamos sin problema.
Ya en Montenegro y para inaugurar la ruta gastronómica (tan importante o más que la otra) parada en un restaurante en el camino para disfrutar de una peka de cordero, chivo y ternera.
Tuđe nećemo, svoje ne damo.
Por la tarde, visita cultural por Kotor acompañados por Nada (pronunciado Naaada).
Torre del Reloj en la Plaza Oruzja
Por la mañana, bien tempranito, todos con nuestros
La parte antigua y amurallada de la ciudad de Budva desde una de sus playas.
Después de comer y de echar unos bailecitos al ritmo de un músico callejero, nos volvemos a Kotor.
Tras la siesta, y con la fresquita
subida a las murallas y fortaleza, para contemplar unas vistas de la ciudad y la bahía espectaculares.
Murallas de Kotor junto al foso.
Vamos por el tropicientos veintiocho, 29, 30, 31, 32... de los 1.322 escalones.
Atardecer en las murallas del Castillo de Sveti Ivan (S. Juan, S. Giovanni, Saint John, S. Johannes) De Nada.
Vistas de Kotor y de parte de la bahía
Kotor la nuit
A la mañana siguiente, nos espera Stefan para llevarnos hasta Žabljak, en el noroeste del país, a solo 164 km de distancia, pero a tres horas de autobús por carreteras de buen piso pero de solo dos carriles y con muchas curvas. Por el camino, algún que otro mareo y un perro con malas pulgas.
Las montañas de Parque Nacional Durmitor nos aguardan.
20 de agosto, por la tarde: Žabljak - Crno Jezero
Tras realizar el ckeck-in en el hotel Gorske oči (Ojos de la montaña) de Žabljak, nos disponemos a hacer nuestra primera rutita: Una vuelta al Crno Jezero (Lago Negro), un lago formado por dos, que en verano están separados y en invierno y primavera se unen.
Llegada al Crno Jezero
Dando la vuelta al segundo de los lagos.
Entre las hayas, y en un cruce, se nos despistaron algunos. A Mirko, que venía de perder una gaditana en las Cuevas de Postojna, se le cambió la cara. Nosotros, más acostumbrados a estas desapariciones de poco fuste, nos dispusimos a esperar tranquilos mientras Paco daba alcance a los fugados para traerlos al redil. Al final no llegó la al lago y pudimos disfrutarlo sin cambio de color.
Las setas no pudimos saborearlas pero sí los frutos del bosque, de los que dimos buena cuenta de algunas cestillas que compramos.
21 de agosto: Subida al Bobotov, máxima altura del P.N. Durmitor
Tras cruzar un pastizal de montaña, las primeras dificultades a la vista que después no fueron para tanto.
Una parada para hacernos una foto de grupo con las primeras vistas al Bobotov.
Disfrutando del paisaje y de un día despejado, casi el único con cielos limpios de los días de montaña.
El Bobotok Kuk, con sus 2.523 metros.
Una nueva parada para admirar las crestas calizas que parecen dientes de sierra.
La fuerza de los movimientos tectónicos: Pico Stit, 2248 m, quizá la montaña más bonita del P.N. Durmitor.
Viendo la bajada y subida que había hasta el Bobotov.
Los que deciden subir se encuentran con los primeros repechos.
Aunque la temperatura es suave, la cuestecita nos hace sudar más de la cuenta, y algunos deciden quedarse en un puertecillo con vistas al valle glaciar al norte del pico.
Parte del grupo en el Bobotov Kuk
Y p'abajo peor que p'arriba: Con más o menos susto , todos conseguimos llegar a terreno algo más firme sin ningún contratiempo.
Al fondo, el lago Veliko Škrčko jezero.
Strahinja junto a los Tajos de Ćuskija
Circo glaciar entre crestas calcáreas. Aquí nos espera el resto del grupo, y junto al pequeño lago dimos cuenta de las viandas que portábamos: mucho embutido, cervezas varias, algún vino montenegrino aceptable (según paladar de los entendidos), frutas y alguna cosa más.
Tras la comida, volvemos a las furgonetas por otro lado, pasando junto al pico Stit.
Los pliegues, impresionantes, parecen capas de helado o de una tarta.
Pasando entre unos peñascos, buscando la carretera.
La mariposa Parnassio Apollo, la que según un folleto esloveno, sirvió de inspiración para los dibujos que marcan los senderos por parte de los Balcanes.
22 de agosto: Zabljak - Zminje Jezero y Barno Jezero
El día se presenta oscuro, lluvioso, aunque alguno que no quiero nombrar, prevé que se abran claros, quedando las nubes enganchadas en la montaña.
A pesar de ello, nos aventuramos a intentar lo previsto. Lluvia, viento y un frío del carallo.
Crvena Greda y bosque de abetos
Cambio de planes: tiramos para el Lago Verde (Zminje Jezero) por un bosque plagado de hongos de todas formas y colores.
El sendero atraviesa un abetal húmedo y rodea el lago.
El Zminje Jezero, verde como su nombre.
A pesar de la lluvia, hay ánimos para una foto de grupo.
Visto que el día no tiene expectativas de mejorar, se decide regresar al hotel. Allí parte del grupo se anima para por su cuenta realizar una rutilla hasta el Barno Jezero y allá que vamos cinco aguerridos caminantes cual Armada Invencible, luchando contra las inclemencias del tiempo (caían cuatro gotas mal contadas).
Épocas pasadas
¡Energía!
Y el Barno Jezero, tan cubierto de plantas que más parecía pantanal.
Y con estos días de nubes y frío, de invierno en verano, empieza la historia de Rummy.
(Quizá comenzara antes pero eso queda en el olvido del que nada sabe hasta ese momento).
Por cierto, de claros, nada de nada (de la nada de España).
23 de agosto: Monasterio de Ostrog, Nikšić y cañón de Nevidio
Alguien vuelve a prever que se abrirán claros, quedando las nubes enganchadas en la montaña.
Como ya no se fían del "aficionado" a la meteorología, y las páginas del tiempo dicen que agua por Žabljak, decidimos contratar por nuestra cuenta una salida hacia el centro del país, para visitar el Monasterio de Ostrog y la ciudad de Nikšić.
El Monasterio de Ostrog se encuentra en la cima de una montaña, enclavado en un acantilado de varios cientos de metros de altura. La carretera para llegar es estrecha, con curvas de 180º y colgada al vacío en muchos tramos. Todo eso lo imaginábamos, pero con lo que no contábamos es con la cantidad de autobuses que suben y bajan y que se quedan atascados en las curvas cuando se encuentran, teniendo que maniobrar al borde del acantiladoni tampoco con la enorme muchedumbre que acude a este lugar. Se nos pasó leer que es un centro de peregrinación de la comunidad ortodoxa y claro, aquello era un desfile de personas para comprar imágenes de santos, velas, iconos... recuerdos varios y para visitar las reliquias de S. Vasilije, el obispo metropolitano de Herzegovina en el siglo XVII, que murió aquí en 1.671.
Nos pusimos en la fila, aguantamos la cola y al llegar, como el que estaba allí custodiando los restos se olió que nosotros éramos "poco ortodoxos", nos despachó pronto y de manera poco cortés. Visitamos el resto del monasterio (lo que dejan ver; apenas nada) y nos marchamos de allí decepcionados.
Explanada delante del monasterio nuevo.
El monasterio antiguo, incrustado en el acantilado.
Una lagartija que andaba por allí.
Frescos en los techos de una de las habitaciones.
A la vuelta, decidimos parar en Nikšić y conocer la ciudad. La farmacéutica que atendía el negocio en la esquina de la plaza, muy amable, casi nos da el premio al primer grupo de turistas extranjeros que visita la ciudad y pregunta por monumentos y lugares de interés. Desconcertada por cuestión tan enrevesada, nos indica un par de calles que recorremos como modelos en día de pasarela para terminar sentados en un bar con unas cervezas y unas patatillas compradas en el super de al lado.
Como dato curioso señalar que la mayor parte de los montenegrinos son enormes, altos y anchos de espaldas.
Dicen que son las aguas que beben. Digo yo que sus efectos se notarán tras varios años de consumo porque creo que nosotros si hemos traído algún centímetro de más es alrededor de la cintura.
La plaza central de Nikšić
Lo mejor de la ciudad, las cervezas que fabrica, presentes en todo Montenegro, especialmente la que está sin filtrar.
Canjon Nevidio
Entre pasos estrechos, rapeles y saltos de agua se llega a la Puerta de Kamikazes, un tramo de 80 metros de longitud que solo tiene 25 centímetros de ancho.
Junto al cañón, paramos en un restaurante en el que, para variar, dimos cuenta de unos abundantes platos de cordero, con su guarnición, a 6,50 € el plato. Un gustazo.
Llegada a Žabljak: las nubes siguen en el mismo lugar.
24 de agosto: Rafting por el cañón del Río Tara
1ª Parada: Puente de Đurđevića, sobre el río Tara.
Se trata de un puente de hormigón diseñado por Mijat Trojanović y construido entre 1937 y 1940.
Tiene 365 metros de largo con cinco arcos y una altura de 172 metros. En el momento de su finalización, fue el mayor puente de arco de hormigón de Europa.
Durante la Segunda Guerra Mundial gran parte de Montenegro, incluido el Cañón de Tara, estuvo bajo la ocupación italiana y luego, la invasión alemana. Uno de los ingenieros que había construido el puente, Lazar Jauković, voló el arco central con intención de detener el avance de las tropas del Eje. Jauković fue finalmente capturado y ejecutado por los italianos.
Posteriormente fue reconstruido y ha servido, entre otras cosas, como escenario de muchas películas.
Tiene 365 metros de largo con cinco arcos y una altura de 172 metros. En el momento de su finalización, fue el mayor puente de arco de hormigón de Europa.
Durante la Segunda Guerra Mundial gran parte de Montenegro, incluido el Cañón de Tara, estuvo bajo la ocupación italiana y luego, la invasión alemana. Uno de los ingenieros que había construido el puente, Lazar Jauković, voló el arco central con intención de detener el avance de las tropas del Eje. Jauković fue finalmente capturado y ejecutado por los italianos.
Posteriormente fue reconstruido y ha servido, entre otras cosas, como escenario de muchas películas.
Vistas del río desde el puente
2ª Parada: Lugar de la intendencia. Bajada del minibús y copita de Slivovice, un licor fuerte hecho a base de ciruelas que hizo bailar a las lombrices.
Toca ponerse los neoprenos, el chaleco, el casco y los escarpines. Hechos unos figurines, nos montamos de nuevo en nuestro vehículo rumbo al río.
3ª Parada: Junto al río. Nos dan un remo a cada uno y nos repartimos en sendas barcas neumáticas con nuestros "barqueros" respectivos. Explicación: right, left, every body, stop. Y al agua mirlos.
El agua como un cristal pero helada: 10º.
El grupo preparado para la navegación
Surcando las aguas del Tara
Adelantamiento por la izquierda
Katastrofa!
Parada en el nacimiento de uno de los ríos más cortos del mundo, afluente del Tara: solo unos 50 metros.
Otra vez quedan atrás
El puente de Đurđevića
Tajos a derecha e izquierda
El barquero y algunas niñas bonitas que sí pagaron
Las laderas que rodean el Tara cubiertas de bosque
Afrontando una zona de rápidos
Se nos han ido
perdiendo entre la niebla
Niebla que sigue cubriendo el cauce del río.
4ª parada: Salida del río, cambio de ropa donde se pudo y como se pudo y vuelta al lugar de la intendencia, donde nos esperaba nuestra pareja gastronómica: el cordero y la trucha.
5ª Parada: Hotel de Žabljak, donde las nubes parecen haber tomado una habitación.
25 de agosto: Debeli Namet
Hoy no me atrevo a pronosticar el tiempo.
Nos acercamos hasta Poljana, bajo el Savin Kuk que no vemos, para emprender un camino entre bosques primero y después entre rocas, praderas y lapiaces hasta llegar al Debeli Namet, los restos de un glaciar del que ya queda poco. Hoy nos acompaña Juka, hermana de Strahinja, pues este se fue ayer de rescate al Bobotov y estuvo hasta las tantas bajando a unos excursionistas que allá se fueron con lluvia, niebla, con chanclas y poca ropa. Las luces.
Por la senda entre los abetos.
Valle glaciar, con el Savin Kuk a la izquierda
Nos vamos adentrando en el valle
El Debeli Namet
La mayor parte del grupo en el glaciar. Otros se han quedado en un refugio próximo.
Descendiendo, con el refugio al fondo
Para la vuelta, decidimos ascender un puerto y regresar a Žabljak por otro lado.
Y en el puerto, como no teníamos bastante con la niebla, nos pusimos a jugar al escondite entre los pinos
Bajando del puerto
Por una pedrera
Almuerzo en una zona más verde y llana.
Y durante el almuerzo, alguien se entretuvo en convocar asamblea de la ONU y nos dejó sin pan. ¿Quién sería?
Dolinas cubiertas de pasto
Pasando por un bosque de hayas
Rodeando el Crno Jezero
Verticalidad
Llegada al hotel
Al fin, el cielo se ha abierto y solo algunas nubes permanecen enganchadas en las montañas.
26 de agosto: Subida al Pico Prutas
Aunque algunas nubes pintan el cielo, conforme nos alejamos de Žabljak, el cielo se aclara y el azul domina el fondo del paisaje.
Después de recorrer algunos kilómetros, las furgonetas nos dejan junto a unas praderas con sus vaquitas y ovejas. Todo muy idílico... para empezar.
De entremés, unos trescientos metros de desnivel a superar por una pedrera.
Parada para digerir los entremeses.
De primer plato, unas subiditas al borde de un tajo por unas grietas con la piedra resbaladiza por la lluvia caída en días anteriores. A algunos se nos atragantó un poco la comida, pero la logramos pasar con ayuda, ánimo, fuerza de voluntad y un "p'atrás no miro".
Subiendo por la cresta
hacia una antecima
desde la que teníamos ya unas vistas espectaculares
De segundo plato: la cima de pico Prutas (2.393 m)
Y de postre: Unos paisajes increíbles en toda la bajada
Algunos se sentaban queriendo
Otros meditaban lo subido y por donde (a lo mejor simplemente miraba el móvil)
Uno más buscaba el mejor ángulo para intentar captar tanta belleza
Y había quien se sentaba sin querer
Te pillé
La comida y el paisaje se disfrutan mejor sentados
Semejanzas
y diferencias
El Bobotov en la bajada
Carretera. Al fondo el puerto de Sedlo
Conclusión: Prutas, pero que muy prutas las pasamos algunos.
26 de agosto, tarde: Subida al Ćurevac, mirador sobre el Cañón del Tara
Como nos quedaba algo de tiempo, unos pocos, intrépidos y aguerridos caminantes, nos aventuramos a conocer el pico Ćurevac y el mirador sobre el río Tara.
En un banco, en el mirador del Tara
Vistas del Cañón del río Tara
Mini grupo en la cima del Ćurevac
27 al 29 de agosto: Viaje y estancia en Dubrovnik (Croacia)
Por la mañanita, a eso de las diez y media, partimos de Žabljak, hacia Dubrovnik, en Croacia.
Paisaje del interior de Montenegro
La bahía de Kotor desde la carretera. Al fondo el pico Lovćen.
Puerto de Cavtat, donde comimos, ya en Croacia
Después de dejar las maletas en el hotel, en Drubrovnik, unos se fueron a la playa y otros a dar un paseo. Tras la cena, paseíto por la parte antigua de la ciudad.
Por la calle principal
En el puerto
Murallas
A la mañana siguiente, visita cultural acompañados de Đjulia, guía local
Un poquito de historia de la ciudad
Torre del Monasterio de los Franciscanos
En una de las calles laterales que suben la colina de S. Sergio
Grupo
Una de las muchas fuentes públicas de Dubrovnik
Vistas de las murallas desde el mar
Un paseíto en barca por los alrededores
Dubrovnik desde las murallas
Adiós a Dubrovnik y al viaje, camino del aeropuerto
Y para terminar, una selección de algunas de las flores que hemos visto por Montenegro
y de las muchas setas que nos hemos encontrado en sus bosques y montañas.
La historia de Rummy:
Para quien haya pensado en novelas de amor,
en hombre o mujer atrapado en las redes de Eros,
en historias truculentas remedo de "El resplandor
o quizá en algún perro callejero, de esos que abundaban tanto en las calles, bosques y montañas de Žabljak,
siento decepcionaros.
Os presento a Rummy:
Desvelo de nuestras noches, insomnio de madrugada, nuestro principio y nuestro fin, derrotas y victorias contadas una y mil veces, tiempo para pensar, para dar prisas e incordiar al contrario, estrategias, cábalas, vueltas y más vueltas, con sentido o sin sentido... un simple juego, un juego simple. ¡Qué se preparen Rafa y Lola! El personal anda como loco buscando el juego, agotando existencias en el chino del barrio: Deme cinco... deme diez.... Yo kilo y cuarto. La revancha llegará.
Kuala Lumpur!
A todos y a todas (que se nos enfada y se pone a bailar) por esos días compartidos.
Kuala Lumpur!
A todos y a todas (que se nos enfada y se pone a bailar) por esos días compartidos.
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