Cerros Gordo y Caleta, playa de Cantarriján. 9 de julio de 2016.
Participantes:
Paco Ponferrada, Jesús R, Ana, Lola Valle, Paco Zambrana, Ricardo, Paco Ruiz y
Jesús.
Distancia
recorrida: 13 km
Desnivel
acumulado: 615 m
Desayuno
en la gasolinera de Nerja.
Aparcamos
en la parada del autobús que sube y baja a Cantarriján y caminamos por la
antigua carretera a Cerro Gordo con un continuo trasiego de corredores y
ciclistas matutinos. Una fotógrafa estaba intentando captar a las cabrillas,
llegamos, nos pusimos a hablar fuerte, “Mira, ahí están”, ”detrás de aquel
matorral”, “ahora se mueven”, “¿no las ves?”. Toda esta algarabía a la
fotógrafa no le haría ninguna gracia si llevaba un tiempo esperando sacar unas
buenas fotos.
Iniciamos
la consabida vuelta a Cerro Gordo con calor. No se movía una hoja. Nos
acercamos a los acantilados que dan a La Herradura y a los de Peña Partida.
Allí nos recibió el mogote de Peña Partida con su sempiterna gaviota en la
punta. Después, con calma, iniciamos la subida a la torre. Jesús R se apuró un
poco por el calorazo; haciendo paraditas a la sombra de los escasos pinos de
esa ladera alcanzamos la torre y su protectora sombra. Rato de charla al
fresquito y reposición de fuerzas con alguna fruta. Hablamos de llegar a
Cantarriján y subir a cerro Caleta, lo que fue recibido con desigual aceptación
porque la opción de quedarse en la playita era muy tentadora.
Del
mirador de Cerro Gordo bajamos a la carretera y por la carretera estrechita a
Cantarriján que ya tenía muchas sombrillas y clientes. Paco Ruiz nos repartió el imprescindible
mostachón de Vélez y a la sombra del acantilado lo tomamos mientras el grupo se
dividía en playeros y montañeros: Jesús R, Paco Zambrana y las chicas se
quedaron y los otros cuatro nos dispusimos a pasar un poco de calor. Habíamos
encargado un arroz negro para 6 en La Barraca; dejamos la reserva del arroz y
ampliamos la mesa a 8 personas antes de proseguir la caminata. Aprovechamos la
sombrita del barranco de Cantarriján para acceder al comienzo de la sendita que
sube hacia cerro Caleta, donde nos reagrupamos con Paco Ruiz que había subido
por la ladera encima de la playa. Nos acercamos a torre Caleta sudorosos y allí
venía una brisilla fresquita que nos resucitó. El agua lucía transparente en la
escondida playa de las Doncellas que albergaba un par de familias y algunos
buceadores. Sus aguas invitaban a bajar para darnos un chapuzón, pero claro,
tampoco tenía mucho sentido bañarnos en las Doncellas cuando el resto del grupo
nos esperaba en Cantarriján. Llegamos a dar vista al Cañuelo y emprendimos la
subida a la carretera por los cortijillos acompañados por el incesante canto de
las chicharras. Después, por la sendita a la hornacina de San Judas Tadeo,
subimos a la cresta de cerro Caleta. Ni allí arriba corría fresquito alguno.
Reconfortados por el agua que casi quemaba y por las impresionantes vistas de
los acantilados, comenzamos el descenso al collado de los pinos y a la playa de
Cantarriján.
Nuestros
compañeros habían alquilado unas hamacas. La gente en la Vinoteca sabe vivir. En
ellas nos pusimos el bañador y nos metimos directamente a las transparentes y
tranquilas aguas de la playa. No todos fuimos al agua, Paco Ruiz, haciendo
honor a su reluctancia al agua, se quedó en el chiringuito.
Después
del remojón cervecitas fresquitas, ensaladas, almejas y el arroz negro que
estaba delicioso. Postres varios con melón cantalupo, aceptable, sandía que hubo
que devolver porque no sabía a nada, brownie que no podía competir con el de
Ana, cafés y pacharán. Riquísimo el arroz negro, mejor que el arroz tomado por
los jubilados en el otro chiringuito, en
“La Bola Marina”. Después de comer, bañito o siestecita en el
chiringuito, a elegir.
Por
dos euros/cabeza el autobús nos subió a la carretera. Allí nos despedimos hasta
no sabemos cuándo porque el calorazo sufrido no invitaba a planear nuevas
excursiones.
Cerro Caleta y Nerja
Por la ladera de Cerro Gordo
La Peña Partida
El grupo en Peña Partida
Playa de las Doncellas
Playa del Cañuelo
Arroz negro
Con displacer, me tengo que borrar...
ResponderEliminarIré con mi sobrino. Pili no puede en esta ocasión. Seremos dos. Saludos. Paco Ponfe
ResponderEliminarYo voy seguro.
ResponderEliminarPaco y Lola Valle nos apuntamos.
ResponderEliminarReconfirmo mi madrugón. Ricardo
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