domingo, 30 de septiembre de 2012

Salida día 6 de Octubre: Sierra Nevada

Sierra Nevada: Casa de Martínez, Peñón del Perro, Piedra Resbaladiza, Mojón del Trigo, Senda de la Nieve, Collado de las Sabinas, Fuente Cogollos. 6-10-12.

     Participantes: Antonio Muñoz, Fali, Mariela, Manolo Tarifa y su amigo Rafa de Granada,  Manuel de Nerja, Candela, Jerónimo, Ana, Paco Ponferrada, Paco Ruiz, Luci, Ricardo, David, Domingo  y Jesús.

     Distancia recorrida: 17,5 km
     Desnivel acumulado: 980 m

     Desayuno en El Mirador, tostadas que parecían grandes pero que cayeron todas.

     Bienvenidos al grupo, Candela y Rafa; los dos andan muy bien.

     Había nevado el fin de semana anterior y aunque ya no quedaba mucha nieve, decidimos hacer un recorrido por la media montaña que, dicho sea de paso, suele ser más bonita que las cumbres.

     Comenzamos a caminar por el carril que lleva a la Peña del Perro protegidos del sol por la cresta de la derecha, cruzamos el barranco de los Tejos que conserva algunos ejemplares cerca del carril. Antonio, como no, nos advirtió de ellos y nos explicó por donde subían las veredas que desde Güéjar y Los Charcones subían a la Sierra cuando no estaba la carretera actual y se utilizaba el tranvía. En la Peña del perro hubo paradita para contemplar el paisaje y apreciar la alberca que se llenaba con el agua del barranco del Rinconcillo. En la Peña el carril se torna vereda, pasa por el corral de Paco Luna y comienza a ascender decididamente entre pino albar por una de las pinadas dispersas de la ladera hasta la Hoya de San Francisco. Antonio nos ilustró sobre la construcción y conservación de ese refugio y sobre el primer arrastre que allí se intento poner. Desde la Hoya llaneamos siguiendo la Cañada de las Sabinillas, por unos bonitos borreguiles rezumando agua, hasta dar vistas al San Juan. Descendimos a él y lo cruzamos al lado de la toma de la acequia de Haza Mesa, acequia que está totalmente reconstruida. Por la margen derecha del San Juan subimos a Piedra Resbaladiza por la que se despeña una hermosa cascada. Allí nace la acequia de Hoyo Puente, no totalmente reconstruida.
     Después de disfrutar de este precioso enclave, salimos por la margen izquierda, por un empinado repecho, sin senda clara, siguiendo los pasos de Antonio, y continuamos cerca del cauce acompañados del delicioso ruido del agua,. Lo cruzamos a la margen derecha y otra vez a la izquierda, y por unos borreguiles primero y por terreno seco después fuimos ascendiendo en dirección al Mojón del Trigo. Visita a la Virgen de las Nieves y bajada hacia la barrera y hacia el cerro detrás del Albergue Universitario. En el siguiente cerro, en una plataforma encima de Pradollano, encontramos el sitio apropiado para comer, no sin algunas opiniones encontradas sobre la hora de la comida y el lugar. Nada nuevo, lo de todos los sábados.
     Comida exquisita, como siempre, con ensaladas, champiñón, arroces, chorizo, cecina, croquetas, carnes hechas de distintas formas…etc. con vinos variados y abundantes, incluida la bota de Antonio, y terminando con los quesos tradicionales de Jerónimo, los tes de los Pacos y el brownie de Ana que ya se va siendo como de la casa. Bien repuestos bajamos de la atalaya-restaurante a la carretera y por la Senda de la Nieve llegamos a los collados del Diablo y de las Sabinas. Nueva ilustración de Antonio sobre cómo se sepultó en aquel enclave la mayor colonia de Odontites de la Sierra.
     Del collado de las Sabinas bajamos hacia el Norte sin senda, hasta que poco más abajo apareció una que nos llevó Fuente Cogollos. Nueva parada para disfrutar de la fresca agua (7,2ºC) que nace al pie del peñasco y otras paradas dedicadas al Cotoneaster con fruto y al Ribes uva-crispa. La fuente y estos arbustos fueron broche ideal para el recorrido.

     Día de sol, con excelente temperatura y con un guía que no nos lo merecemos.

Contraluz en la Peña del Perro

Merendera montana

Las cuestas alargan la fila

Por el Refugio de S. Francisco

Grupo en la cascada

Cascada en el Bco. de San Juan

Subiendo por las Piedras Resbaladizas

Barranco de S. Juan arriba

Barranco de San Juan

Bajo el Mojón del Trigo

Comida con el Veleta de fondo

Por los Peñones de S. Francisco

El Veleta

En la Fuente Cogollos

Cotoneaster granatensis - Frutos


Vinos


Salida día 29 de Septiembre: Montes de Málaga

Participantes: Ana, Paco Ponferrada, Manuel de Nerja, Jesús, Cayetano y Maya.

Distancia recorrida: 22 km.
Desnivel acumulado: 550 m.

     El ser humano está lleno de contradicciones. Y como ejemplo tenemos nuestro grupo de caminantes. Llevamos meses quejándonos, con razón, de lo seco que está el monte, de la necesidad de que caiga una lluvia, de que ya es hora de que cambie el tiempo y que se vaya de una vez el calorín del verano, etc. Pues bien, llega el primer día de lluvia, el primer día que tenemos la oportunidad de dar la bienvenida a ese bien tan preciado y escaso en nuestras latitudes, de comprobar cómo la recibe esa tierra reseca, de solazarnos con la Naturaleza por el comienzo de un nuevo ciclo,…y nos quedamos en casa. ¡Qué manera de desperdiciar oportunidades de disfrute!
     En nuestro clima mediterráneo, con tanto meses de canícula, la primera lluvia es la más deseada. La tierra la va absorbiendo lentamente, como suelen ocurrir las cosas en la Naturaleza, pero a la vez con ansia. Se va llenando de ella, se esponja, se mulle y, una vez harta, la va dejando escapar también poco a poco, para formar pequeños regatillos. Y el caminante va notando esa absorción, ese llenado, porque al pisar nota la tierra dura al principio, pero más blanda, más acogedora, cada vez. El pie se hunde, sólo un poco, pero lo suficiente para entrar en comunión con esa tierra que nos da tantas alegrías en forma de flores, de setas, de paisaje.

     A las 8.30, puntuales como el reloj, nos reunimos la menguada pandilla de caminantes, en el comienzo del carril del Boticario, bajo una lluvia mansa, tranquila, pero constante. Fuimos con los coches hasta las antenas y allí nos pertrechamos de botas, capas e impermeables y comenzamos a caminar con el repiqueteo de la lluvia sobre nuestras capuchas, comandados por Cayetano. Había hecho los deberes el día anterior, llevaba en el GPS la ruta a realizar, sabía cómo utilizarlo y nos dejamos guiar.
     Nada más comenzar dejamos el carril principal por otro a la izquierda que desciende el arroyo de Don Ventura y muere en un cortafuegos. Bajamos por una resbalosa pendiente para coger otro carril más abajo, en el arroyo Guijarro y este también lo dejamos por otro que nos llevaba hacia el Lagar de Contreras, hacia el Noreste. Cruzamos el Humaina donde se une con la cañada Marín y pasamos por Contreras. Allí el carril toma dirección Norte con el Humaina a la derecha. Cesó de llover, nos despojamos de los impermeables y tomamos el Ángelus cerca del Lagar del Conde que aún mantiene altos muros en pie. Disfrutando de los jirones de niebla y de la atmósfera limpia que la lluvia había dejado, volvimos a cruzar el Humaina, aquí con agua, para dejar después el carril y atacar un empinado cortafuegos que sube hacia el Mirador del Cochino. Lo dejamos antes del Mirador por otro carril que nos llevó encima de la Casa de los Cuencas, un enclave particular dentro del Parque con almendros y olivos de nula producción. Ascendimos después hasta la altura de la carretera en la Venta Automóvil, pero sin tocarla continuamos por un carril paralelo a ella que nos llevó a las antenas donde habíamos dejado los coches.
     Comida en un ambiente estupendo, con 3 botellas para los cinco (esto ya vuelve a ser la Vinoteca), con arroz, croquetas, champiñón, tortilla, carne empanada, chorizos varios y de postre mousse de chocolate con tés.

     Un día magnífico, con una temperatura muy apropiada para caminar. Los cinco nos congratulamos de haber tomado la decisión de salir de casa a disfrutar de la lluvia.

Cayetano haciendo de reportero

Montañeros acuáticos

Arroyo Humaina

Los Montes vestidos de tisú lamé

Disfrutando del paisaje

Le grupette

Otra vista de los Montes

Testigo de otras épocas - Lagar del Conde

Otra vista del Arroyo Humaina

El cortafuegos no podía faltar

Olivos y pinos mezclados, ¿quién fue primero?

Comida regada con mucho vino

Tetraclinis articulata, ramas y frutos - Arar

También lució el sol

Vinos, tres para cinco

domingo, 16 de septiembre de 2012

Salida 22 de Septiembre: Río Patamalara - Barranco Moreno

    Participantes: Paco Ponferrada, Pilar, Jerónimo, Manuel de Nerja, Lola Valle, Paco Zambrana, Enrique, Ricardo, Luci, Jesús, Cayetano y Maya.

    Distancia recorrida: 7,5 km
    Desnivel acumulado: 290 m

    Desayuno en Caleta de Vélez. Nos acompañó Fali y nos trajo arneses y cuerda para salvar la cascada que antecede a la Grande. El carril desde la carretera al río en perfectas condiciones. Solos en el aparcamiento.

    Al dejar los coches nos sorprendió el Patamalara por su caudal. Para nada acusaba la sequía. Seguía con su buen chorro de agua. Esta Almijara es como una enorme esponja, absorbe el agua que le cae y la va soltando poco a poco, en ríos humildes, sin alharacas, pero que siempre están ahí. Nunca defraudan.

    Para pasar el vado del camino del Acebuchal han construido un puentecito con tablas, puente del Peregrino lo han bautizado, que quizá le evite mojarse los pies a quien vaya a la Fábrica de la Luz o al Acebuchal. A nosotros que íbamos a recorrer el río poco nos aportó.

    Esto de venir en septiembre tiene sus ventajas, porque ya el río ha sido muy paseado durante el verano y los túneles de cañas y zarzas que tanto incordian al principio del recorrido están más transitables. Cayetano y Maya tomaron la acertada decisión de evitar el Patamalara, subir por el carril y la acequia e incorporarse al grupo al comienzo del barranco Moreno. La perra no hubiera pasado los túneles ni los saltos que dificultan el paso.
Ricardo comenzó a escalar la roca por la derecha al llegar al primer salto de agua. Y detrás de él los demás. Afanados en ayudar unos a otros a subir por la roca, nadie continuó un poco más adelante y cuando alguien lo hizo se vio que el retorno al río era casi imposible. Vuelta atrás para salvar el salto por el agua con escasa dificultad.  Ya nos ocurrió lo mismo en 2011, pero  sabido es que el hombre es el único animal que tropieza dos y más veces en la misma piedra.
    El segundo salto sí lo salvamos ascendiendo por la orilla izquierda del río y sin más llegamos al precioso enclave debajo del Peñón de los Hornos. ¡Qué bonito es ese trocito encajonado entre los pulidos paredones donde el agua se despeña en un par de cascadas, la primera formando un sifón, la segunda, ya de entidad suficiente para impedir el paso!
Salimos por la vertiente izquierda. Justo al ascender el primer roquedo hace la senda un intento nulo de volver al río. Un poco más arriba hay otro intento de volver al río, éste exitoso, que algunos aprovecharon. Otros ascendimos hasta el mismo pie del Peñón y lo rodeamos por Oeste siguiendo una mala y dificultosa vereda, aunque bastante marcada. Esa vereda entraba al río al unirse con otra tradicional que bajaba de lo alto del Peñón, pero esa entrada está ahora cegada por las cañaveras y las zarzas. Así que con la ayuda de los que habían cogido el descenso correcto buscamos unas rocas sin maleza para entrar más mal que bien en el cauce.
    Ya los 11 y la perra seguimos barranco Moreno arriba disfrutando de los cahorros, de la vegetación y del agua, sin mayor dificultad hasta la cascada que antecede a la Grande. Para salvarla han colocado una cuerda con nudos. Allí el grupo se dividió: unos se arriesgaron a subir y otros decidieron aguardar. La cascada Grande es la más bonita de la Tejeda-Almijara, más que por su altura (será similar a la del Chíllar) por el travertino que ha acumulado en forma de empinados toboganes por los que más que caer, se desliza el agua.
Comida frente a la Venta del Mirlo, con granadas que Jerónimo cogió de las antiguas huertas. Menú variado y excelente, como siempre. Y, aunque algunos dejaron el vino en el coche, ya aparecieron más que suficientes botellas para no pasar sed. El grupo volvió a hacer honor a su nombre.
    Regresamos por la acequia, con alguna dificultad para bajar al carril desde la balsa y hubo baño final en la Fábrica de la Luz.

    Los ríos de la Almijara diríase que son humanos, están adaptados a los humanos, hechos para que el hombre penetre en ellos y los disfrute. Lejos de esos caudales imponentes que impiden el paso, llevan el justo para llamarse ríos y para servir de comunicación y de vía de penetración en la Sierra.

Cruzando el "Puente de los Peregrinos"?

Bufo bufo (Sapo)

Helechos de acequia - Pteris vittata

Intrincado comienzo del Patamalara

Subiendo para volver a bajar

Saltando una chorrera

Otro paso un poco complicado

Río Patamalara

Cascada bajo el Peñón de los Hornos

Otra cascada varios metros más arriba

Barranco Moreno

Momentos

Subiendo la cascada por la cuerda

El grupo más arriesgado en la Cascada grande

Bajando con soltura y espectación

Grupo

Peñón de los Hornos

De vuelta por la acequia

lunes, 10 de septiembre de 2012

Salida día 15 de Septiembre: Río Verde de Otívar

Barrancos de los Chortales-Chorreras. 15 de septiembre de 2012

Participantes: Jerónimo, Ana, Paco Ponferrada, Pilar, Lola Valle, Lola Díaz, Manolo Tarifa, Manuel de Rincón, David, Isabel, Luci, Ricardo, Jesús, Cayetano y Maya

Distancia recorrida: Unos 14 km.
Desnivel acumulado: Unos 750 m.
Desayuno en Almuñécar, en el sitio acostumbrado a la salida de la carretera de Jete. Hay que buscar otro sitio de desayuno porque el camarero es lentísimo y se nos hacen las mil.
La primera excursión tras la parada agosteña tiene un sabor especial por el esperado reencuentro. Con los saludos y las consabidas preguntas sobre el tiempo en que no nos hemos visto se nos pasa un buen rato y estas animadas conversaciones continúan en la senda, en grupitos de dos o tres, porque más no pueden participar, haciendo que nos centremos más en los compañeros que en la senda y el paisaje.
Y con este animado bagaje iniciamos la senda en la carretera, justo donde nace el barranco de los Chortales que llevamos allá abajo a nuestra derecha, aún  sin agua en este tramo. La senda está limpia, con barandillas en los pasos más expuestos, que son pocos y sin peligro alguno. Los más viejos recordábamos las primeras veces que hicimos esa senda porque entonces casi no se utilizaba y tenía puntos en los que había que buscarla entre el romero, la jara y las aulagas.
Dudábamos que el Chortales trajera agua por la gran sequía de este año, pero al llegar al comienzo del descenso de la escalera vimos con agrado que la cascada de los Árboles Petrificados tenía agua. Descendimos la escalera, ya en algunos puntos parcialmente derruida, visitamos la cueva y nos reencontramos con la ansiada agua en la pocita de los Árboles Petrificados. Aquí comienza realmente el paseo cerca del agua.
Por la senda de la margen derecha del de las Cabrerizas (unión del de los Chortales y del Pito) continuamos, atravesamos el barranco, cruzamos el carril de las Cabrerizas y continuamos por la margen izquierda del barranco. La cascada de los Tres Saltos sigue con su agua de siempre. ¡Qué almacén de agua tiene esta Almijara aún después de dos años de sequía!. Cruzamos el barranco de las Chorreras, fruto de la unión del Cabrerizas y Madroñales, atacamos la cuesta que nos saca por la margen derecha y nos reagrupamos en el algarrobo al comienzo del barranco del Lagarto. Allí primera discusión sobre si tomábamos el Ángelus en esa sombrita o bajábamos al agua de las Chorreras. Se impuso esta segunda opción, bajamos al agua y comenzamos el Ángelus con un buen baño que Lola inauguró.
Después del Ángelus nos dividimos: Cayetano, Pilar y Maya se quedaron disfrutando del agua y regresaron al llanito que hay en la unión de Cabrerizas y Madroñales, mientras el resto continuamos bajando barranco abajo.
Tantas veces como pases esta garganta, tantas veces te extasías con su belleza, con sus paredones verticales que casi se tocan, con la vegetación colgada de esas paredes y riscos, con las cristalinas aguas que tan pronto forman cascadas como se remansan en límpidas pozas verdes…Sólo por este tramo merece la pena visitar el barranco.
Continuamos hasta el mirador y la era que hay justo antes de bajar a la Junta de los Ríos donde comienza propiamente el Verde, y volvimos sobre nuestros pasos. En la cascadita del barranco Bernardino rellenamos las botellas y en la poza Central unos se dieron un buen refrescón y otros afrontamos en seco la subida del barranco del Lagarto, que a pleno sol, a la 1 ½ del mediodía, se hizo pesadita.
Los que no habíamos disfrutado de la poza Central nos remojamos en la pocita final del Madroñales mientras los esperábamos y a comer. Curiosamente elegimos el sitio sin discusiones previas y los que fueron llegando se fueron sentando sin protestas. Debe ser cosa del primer día. Seguro que volvemos a las discusiones sobre el mejor sitio para la comida.
Los manjares que salieron de las mochilas, excelentes y variados, como siempre, pero el vino escaso. Se propuso cambiar el nombre de “Vinoteca Andarina” porque íbamos 14 y salieron 3 birriosas botellas de vino cuando debieran haber salido 7 u 8. Ya ni les hacemos fotos. Para qué pasar vergüenza. Está claro que esta no es la Vinoteca de años anteriores. Eso sí, tés y postres, muchos y variados. Y no es cuestión de quitarlos de un plumazo, porque también nos gustan, sino de compatibilizar una cosa con otra.
Después de la comida y con el sol pegado en la lomera, atacamos la cuestecilla que nos lleva a la cascada de los Tres Saltos y a la fuente de las Cabrerizas donde volvimos a repostar agua. Muy menguada bajaba la fuente; ésta si que acusa la sequía. Nos dimos un delicioso remojón en la poza de los Árboles Petrificados y con esa refrigeración atacamos con buen humos los 300 m de desnivel que nos quedaban hasta los coches.

Preciosa excursión. Al menos una vez al año hay que venir a estos barrancos. Tiempo estupendo, con sol pero sin excesivo calor. Por la tarde andaba un ligero vientecillo que nos ayudó lo suyo en el último tramo.

Bajando por el sendero hacia el Bco. Chortales

Ricardo sobre nuestras cabezas

Cueva de la Cascada de los Árboles Petrificados

Baño en el Bco. Chorreras

Aguas transparentes...

y frías

Cruzando uno de los puentes colgantes

Gran parte del grupo en la era

Lolas montañeras

Y de nuevo al agua

Barranquistas en la Poza Central

Y nosotros en la misma poza

Subiendo por cuesta del Bco. del Lagarto

Charla en el camino

Pitones rocosos en la confluencia de los barrancos Chortales y del Pito

Y antes de la última subida, un nuevo remojón